No siempre están en el foco, pero pueden marcar la diferencia. Las referencias personales no son un requisito obligatorio en la mayoría de procesos de selección, pero si se piden —o si sabes cómo usarlas estratégicamente— pueden reforzar tu candidatura con un valor difícil de copiar: lo que otros dicen de ti. En este artículo te contamos cuándo incluirlas, cómo redactarlas y te damos ejemplos útiles para que puedas decidir si te conviene usarlas o no.
¿Qué son exactamente las referencias personales?
Las referencias personales son testimonios escritos o verbales de personas que pueden hablar con conocimiento de causa sobre tu carácter, tu actitud y tus valores. No se centran en lo que sabes hacer en un entorno profesional, sino en quién eres y cómo te comportas: tu honestidad, tu capacidad de colaborar, tu compromiso, tu adaptabilidad.
A diferencia de las referencias laborales, que provienen de antiguos jefes, supervisores o compañeros de trabajo y están relacionadas con tu desempeño profesional, las referencias personales pueden provenir de ámbitos más informales o no laborales. Por ejemplo: un profesor, un entrenador, un mentor o incluso alguien con quien hayas colaborado en un proyecto voluntario.
Este tipo de referencias resultan especialmente útiles cuando tu historial laboral aún está en construcción, cuando has estado fuera del mercado profesional por un tiempo o cuando necesitas reforzar tu perfil desde un enfoque más humano y cercano, como añadiendo información sobre tus aficiones.
¿Son útiles las referencias personales?
Buena pregunta. La respuesta corta: depende. Las referencias personales pueden ser un recurso valioso o un simple añadido sin impacto, según el contexto. La clave está en saber cuándo y por qué usarlas.
A continuación, te dejamos una tabla rápida para que valores si tiene sentido incluir referencias personales en tu currículum:
Situación | ¿Incluir referencias personales? |
Buscas tu primer empleo | ✅ Sí, pueden darte credibilidad |
Tienes lagunas en tu currículum | ✅ Sí, ayudan a reforzar tu perfil |
Tienes amplia experiencia laboral | ❌ No suelen aportar mucho |
El empleador lo solicita expresamente | ✅ Siempre |
Tu experiencia no es verificable | ✅ Mejor prevenir que curar |
Enviarás una carta de recomendación | ❌ No es necesario duplicar información |
¿Cuándo conviene incluir referencias personales?
Las referencias personales no son un requisito obligatorio, pero en algunos casos pueden marcar la diferencia. Aportan una capa adicional de confianza y credibilidad, especialmente cuando no puedes apoyarte en una experiencia profesional extensa o tradicional. Si te estás abriendo paso en el mundo laboral o estás dando un giro importante en tu trayectoria, una referencia personal puede actuar como ese pequeño empujón que incline la balanza a tu favor.
Estas son algunas situaciones en las que incluir referencias personales en tu currículum puede ser una decisión inteligente:
- Estás accediendo al mercado laboral por primera vez: Si no tienes experiencia previa en empresas, una referencia de un profesor, tutor o persona de confianza que pueda hablar de tu actitud, compromiso o habilidades puede ser muy útil.
- Has trabajado como voluntario, freelance o en proyectos informales: Cuando no hay contratos o referencias formales, una persona que haya trabajado contigo en esos contextos puede respaldar tu fiabilidad y competencias.
- Vienes de otro país y tu experiencia no es fácilmente comprobable: Si tu trayectoria profesional se desarrolló fuera del país donde buscas empleo, una referencia personal puede ayudar a salvar la barrera de la distancia o del idioma.
- Estás cambiando de sector: En una transición profesional, tus habilidades personales y tu capacidad de adaptación pueden ser más importantes que la experiencia previa directa. Aquí, una referencia personal puede reforzar esa imagen de flexibilidad y confianza.
En estos escenarios, las referencias personales no sólo tienen sentido, sino que pueden convertirse en una herramienta valiosa para aportar contexto y mostrar tu lado más humano.
¿Y cuándo es mejor no incluir referencias personales?
Aunque pueda parecer tentador rellenar tu currículum con nombres y contactos, las referencias personales no siempre suman. De hecho, si se incluyen de forma innecesaria o poco estratégica, pueden incluso restar profesionalidad. Recuerda que un currículum debe ser claro, relevante y conciso. Todo lo que no aporte valor real puede convertirse en ruido.
Evita incluir referencias personales en estos casos:
- Tu currículum ya está bien respaldado por tu experiencia y logros: Si cuentas con un historial profesional sólido, las referencias personales pueden ser prescindibles. El foco debe estar en tus resultados y competencias demostradas.
- No tienes el permiso de la persona para incluirla: Es fundamental contar con la autorización expresa de quien te recomienda. De lo contrario, puedes comprometer su privacidad y credibilidad.
- La referencia no aporta valor real al puesto: Si esa persona no te conoce bien en un contexto profesional o no puede hablar de tus habilidades relevantes para el trabajo, es mejor que la omitas.
- Tienes dudas sobre lo que podría decir esa persona: Si no estás completamente seguro de que su testimonio será positivo y coherente con tu candidatura, no arriesgues.
- Ya has enviado cartas de recomendación o el empleador no las ha solicitado: No sobrecargues el proceso. A veces, menos es más. Si la empresa no ha pedido referencias o ya tiene suficiente material, es mejor reservarlas para una etapa posterior.
Cómo puedes mostrar tus referencias personales
Existen diferentes formas de presentar tus referencias personales. Lo importante es que sean claras, fáciles de verificar y estén redactadas con respeto y profesionalidad.
1. En el currículum (si procede)
Puedes añadir un apartado final titulado “Referencias personales” con dos o tres nombres. Incluye:
- Nombre y apellidos
- Relación contigo (por ejemplo, profesor universitario, mentor, compañero de voluntariado…)
- Teléfono o email de contacto
María Torres Pérez
Profesora de Historia – Universidad de Granada
mariatorres@ugr.es | 699 123 456
Carlos G. Hernández
Voluntario coordinador en Cruz Roja
carlosghernandez@email.com | 644 987 321
No pongas “Referencias disponibles a petición”. Es innecesario hoy en día. Si no las vas a incluir, mejor omitir ese apartado directamente.
En una carta de presentación
Puedes mencionar brevemente que cuentas con referencias personales que refuerzan tu candidatura.
Además de mi formación y motivación, cuento con referencias personales que avalan mi compromiso, constancia y habilidades interpersonales. Estaré encantado de facilitarlas si lo consideran oportuno.
En entrevistas
Si te preguntan directamente, ten preparadas dos o tres personas de confianza con sus datos y relación contigo. Mejor aún si te han escrito alguna carta de recomendación que puedas llevar impresa o digital.
¿A quién puedes citar como referencia personal?
Elegir bien tus referencias personales es casi tan importante como decidir si debes incluirlas o no. No se trata de rellenar un hueco con cualquier nombre, sino de seleccionar a personas que realmente puedan hablar de ti con fundamento, que te conozcan bien y puedan aportar una visión sincera y positiva de tu forma de ser y de trabajar.
✔ ️ Las mejores referencias personales suelen ser personas que han observado tu actitud, tu comportamiento y tu ética en situaciones reales. Algunos perfiles adecuados podrían ser:
- Profesores, tutores o mentores: especialmente si han seguido tu evolución en el tiempo y pueden hablar de tu responsabilidad, tus habilidades comunicativas o tu capacidad para aprender.
- Responsables o coordinadores de asociaciones, ONGs o voluntariados: si has colaborado en causas sociales, este tipo de contacto puede respaldar tu compromiso, tu empatía o tu iniciativa.
- Compañeros de clase o de proyectos académicos: ideales si has trabajado en equipo y puedes demostrar habilidades como liderazgo, pensamiento crítico o constancia.
- Supervisores o tutores de prácticas profesionales: una referencia intermedia entre lo personal y lo profesional que puede resultar muy valiosa.
- Clientes o colaboradores si has trabajado como autónomo o freelance: aunque no sean empleadores formales, pueden hablar de tu capacidad de organización, de tu trato o de tu seriedad.
Antes de incluirlos, asegúrate de que están al tanto, de que tienen una imagen positiva de ti y de que estarían dispuestos a responder si los contactan. Y, si es posible, personaliza cada referencia según el tipo de puesto al que estás optando.
❌ Y por el contrario, es mejor evitar:
- Familiares o amigos cercanos: por muy bien que hablen de ti, su opinión se considerará poco objetiva.
- Personas con las que tuviste una relación breve o superficial: si apenas te conocen, poco podrán aportar. Y si además no te recuerdan, puede jugar en tu contra.
- Contactos antiguos o desactualizados: si ha pasado demasiado tiempo desde que trabajaste con esa persona, puede que ya no sea la referencia más adecuada.
- Nombres que “suenan bien” pero no te conocen realmente: un cargo importante no compensa una relación inexistente. Si el reclutador los contacta y no saben quién eres, puede ser incómodo o incluso perjudicial.
Pide siempre permiso antes de poner a alguien como referencia. Nadie quiere sorpresas si le llaman sin previo aviso.
Ejemplos de referencias personales
Aquí te dejamos varios ejemplos de cómo redactar una referencia personal breve. Estas fórmulas pueden usarse como orientación si tú o la persona que te recomienda necesita una guía para escribirla:
Ejemplo 1 (profesor universitario)
“Conozco a Laura desde hace tres años como alumna destacada en el grado de Psicología. Ha demostrado gran responsabilidad, iniciativa y compromiso en todas sus tareas académicas. La recomiendo por su capacidad de trabajo en equipo y su ética personal.”
Ejemplo 2 (coordinador de voluntariado)
“Durante los dos años que David ha colaborado en nuestra ONG, ha sido un voluntario ejemplar: puntual, resolutivo y muy humano en el trato con los demás. Estoy seguro de que será una gran aportación en cualquier entorno laboral.”
Ejemplo 3 (supervisor de prácticas)
“Tuve la oportunidad de supervisar a Elena durante sus prácticas en nuestra asesoría. Destacó por su capacidad de aprendizaje y su responsabilidad. Siempre mostró interés por mejorar y aportar, incluso en tareas complejas.”
Ejemplo 4 (mentor personal)
“He acompañado a Martín en su desarrollo profesional y personal desde hace más de cinco años. Es una persona honesta, reflexiva y muy orientada a objetivos. Su actitud positiva y su disposición para aprender le hacen destacar.”
Ejemplo 5 (cliente recurrente)
“He trabajado con Sofía en varios proyectos de diseño como cliente. Siempre ha sido puntual con las entregas, creativa y proactiva. Recomiendo su perfil por su profesionalidad y trato cercano.”
¿Dónde se ponen las referencias en un currículum?
Si decides incluirlas, colócalas al final del currículum, en un apartado independiente. No las mezcles con la experiencia o formación. Deben estar claramente separadas y bien estructuradas.
Puedes titular la sección así:
- “Referencias personales”
- “Referencias”
- “Personas de contacto”
Si usas plantillas de currículum como las de CVapp, el sistema te permite añadir esta sección fácilmente, con un diseño limpio y profesional.
¿Cómo se piden buenas referencias personales?
Aunque no es un proceso complicado, es algo en lo que te recomendamos que tengas cuidado, ya que, en el fondo, estás pidiendo un favor a alguien a quien conociste profesionalmente:
- Elige bien a la persona: debe conocerte y tener una buena opinión de ti.
- Explícale para qué la necesitas: dile el puesto o tipo de empresa.
- Ofrece una guía o borrador: muchas personas agradecerán una estructura que puedan seguir.
- Agradécele su tiempo: un simple “gracias” marca la diferencia.
- Avísale si crees que van a llamarle: así podrá prepararse.
¿Qué pasa si no tienes a nadie?
No te preocupes. Si no tienes referencias personales, puedes:
- Destacar más tu formación y habilidades blandas.
- Incluir testimonios breves en tu portafolio o perfil online.
- Trabajar en tu marca personal para reforzar tu candidatura.
En última instancia, una entrevista bien preparada y una carta de presentación convincente pueden pesar más que cualquier referencia.
Conclusión: ¿de verdad necesitas referencias personales?
Las referencias personales pueden ser un buen apoyo si estás empezando, cambiando de sector o necesitas reforzar tu perfil con aspectos más humanos. No son imprescindibles, pero usadas con cabeza pueden ayudarte a destacar.
Eso sí, nunca improvises ni incluyas nombres por rellenar: elige bien, pide permiso y asegúrate de que tus referencias hablan bien y saben que pueden hacerlo.
¿Listo para dar el paso? Si decides incluir tus referencias personales, asegúrate de que encajan con tu perfil y con el puesto que solicitas. Y si no lo ves claro, recuerda que no ponerlas no es sinónimo de estar en desventaja. Lo importante, al final, es que el conjunto de tu candidatura sea honesto, sólido y coherente.
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