Detectar cuándo te has estancado y debes cambiar de empleo no siempre es fácil. Descubre algunos síntomas que te alertarán de que ha llegado el momento de actualizar tu currículum y buscar un nuevo empleo.
Vivimos en un mundo que cambia en cada momento. A nivel laboral nos enfrentamos al choque entre la economía digital y la economía física, así como a las diferencias entre el trabajo autónomo y el estricto nivel de horarios y responsabilidades. En este contexto, muchas personas no terminan de estar cómodas en su puesto de trabajo. Otras lo estaban, pero miran a su alrededor y creen que necesitan un cambio.
Hoy en día no es tan difícil lograr un giro en la vida profesional, por lo que es importante animar a las personas a luchar por ese trabajo que ansían tener. En muchos casos está a la vuelta de la esquina, quizás actualizar el currículum y modificar su aspecto sirva en este aspecto para resaltar sobre el resto de candidatos.
Si tienes esta preocupación, vamos a enumerar cuatro signos de que necesitas cambiar de trabajo. Cuando una persona se siente identificada con algunos signos de esta lista, es un motivo de preocupación y un aviso de que llegó la hora de redactar tu carta de renuncia y buscar nuevos retos profesionales.
1. Ya no crees tanto en tu empresa
Cuando uno empieza en una empresa, lo primero que hace es interiorizar los valores y la visión de la compañía. Quiere sentirse parte de un colectivo y cree en las ideas que han llevado a la compañía a dónde está. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, es posible que todo deje de lucir tan atractivo.
En el recorrido en la empresa, el empleado ya ha identificado fallos y defectos de esta. Es posible que incluso se haya puesto en contacto con algún superior para mejorar dichos aspectos. La dejadez respecto a la propia marcha de la empresa a nivel ético, social o humano es lo que hace que muchos tiren la toalla. Estas personas valoran más trabajar para empresas coherentes y en las que creen.
2. Cada vez miras más el reloj o el calendario
A medida que pasa el tiempo, es lógico pensar que cada vez este pasa más lento. Al principio se está ilusionado y cada semana es como una aventura. Sin embargo, diversos factores convierten el trabajo en una rutina.
Esto se suele acentuar en empresas que trabajan con el caduco modelo que cuenta las horas. En muchos casos, trabajar por objetivos o proyectos optimiza el esfuerzo, ahorra tiempo y recursos. Quizás sea más interesante probar suerte en este tipo de empresas.
3. Te sientes infravalorado
Muchas personas empiezan en un puesto que se adapta a su formación y conocimientos. Sin embargo, pasa el tiempo y su rendimiento mejora, cada vez tiene mayor capacidad de decisión y más formación. Al contrario de lo que se podría pensar, sigue en el mismo puesto, con las mismas responsabilidades y el mismo salario.
Algunas personas preferirían que se les tuviera más en cuenta a nivel práctico y estratégico. Esto les da una sensación agradable de ser parte del liderazgo de algo. También les hace sentir que el desarrollo personal y profesional que han tenido no ha pasado desapercibido. Los empleos que no permiten ascender o donde no valoran a los empleados están condenados a desaparecer.
4. Crees que tu empresa está obsoleta
En un ecosistema empresarial en constante evolución, hay empresas que se quedan atrás. Hacer las cosas de forma tradicional funciona para algunas compañías, aunque ingresen menos. Esto no evita que muchos sientan que serían más eficientes si la empresa se modernizara. Sobre todo ocurre esto cuando comparan su trabajo con el de empleados de la competencia.
Esto sumado a la falta de decisión de los empleados en estas empresas hace que muchos se frustren y abandonen.
Comprobar estos síntomas es vital, ya que quizás sea hora de actualizar el currículum y empezar a buscar un nuevo empleo.
