Las habilidades comunicativas son las capacidades que tiene una persona para poder comunicarse de manera efectiva, precisa, y eficaz.
Hablar, escuchar, leer y escribir son las habilidades del lenguaje. A partir de ellas, la persona se desenvuelve en la sociedad; y al desarrollarlas apropiadamente se vuelve competente en la comunicación.
Tener habilidades comunicativas competentes determinarán el éxito en las relaciones sociales y también en las profesionales. Desarrollar estas habilidades permite comunicarse de forma más eficiente y potenciar las relaciones con todo su entorno, incluyendo el laboral.
La comunicación es una herramienta clave para la productividad empresarial. Cada uno de los colaboradores debe estar informado sobre cuáles son los objetivos y la misión común que impulsa a la compañía a conseguir sus objetivos y metas.
Los empleadores en la actualidad esperan recibir hojas de vida que muestren esas capacidades, pero es fundamental determinar qué habilidades se requieren para cada empleo en particular.
Las cuatro tipos de habilidades comunicativas esenciales son: la escucha, la empatía, la comunicación verbal y la comunicación no verbal. Algunos teóricos pueden citar otras, pero a partir de éstas se derivan muchos ejemplos de habilidades que puede desarrollar un empleado.
Hay habilidades comunicativas innatas, pero muchas de las que se requieren en el ambiente laboral se pueden aprender, practicar y perfeccionar. Procure capacitarse en ellas y no solo mejorará sus interacciones, también aumentará su valor como profesional.
Las habilidades comunicativas en el trabajo son parte de las llamadas habilidades blandas —soft skills— del trabajador y tienen que ver con la capacidad de una persona para comunicarse con los demás con eficacia.
En principio puede parecer que esto es natural para cualquier persona desde que aprende a hablar, pero no es tan simple.
Hay personas que desarrollan capacidades o competencias comunicativas de manera natural, pero, al igual que otras habilidades, éstas se pueden aprender y practicar. Lograr un buen dominio de las habilidades comunicativas es una forma de lograr mejores oportunidades laborales.
Las habilidades de comunicación en el trabajo ayudan en tareas como: presentar ideas, explicar conceptos, escuchar atentamente, negociar acuerdos, resolver argumentos, traducir conceptos técnicos, ofrecer opiniones, entre otras tareas.
Entre las habilidades comunicativas que se desarrollan en el trabajo están capacidades como: ofrecer retroalimentación, generar y transmitir confianza, hacer preguntas clave para llegar a un acuerdo, redactar un mensaje.
Conocer y dominar las habilidades comunicativas básicas —como ayudar a resolver diferencias o promover la confianza y el respeto— aporta muchos beneficios al clima organizacional. Las habilidades comunicativas son imprescindibles en sectores como el empresarial y el corporativo, donde se requiere capacidad de negociación y la interacción constante entre los equipos de trabajo. Algunos ejemplos son:
Es la capacidad de encontrar un equilibrio entre lo que se dice y la consideración por los intereses y los derechos de los demás. Es necesaria en el espacio laboral en áreas como el planteamiento de objetivos y la asignación de tareas. También es imprescindible para solucionar conflictos y corregir situaciones como la falta de motivación y rendimiento de los empleados.
Por ejemplo, si alguien nos pide nuestra opinión sobre el resultado de un proyecto, y creemos que no lo ha hecho bien, la asertividad implica no ocultarle este hecho, pero también hacérselo saber con el cuidado de no ofenderlo.
Es el primer paso a la hora de establecer una conversación cara a cara de manera fluida. El contacto visual también es importante para demostrar el interés en la persona y en la conversación.
No mirarse a los ojos si se está frente a frente significa echar a perder la oportunidad de conectar con esa persona, por ejemplo, en una entrevista de empleo.
Podría crear un ambiente en el que hay desconfianza y aparezcan las inseguridades, porque será evidente que al menos una de las personas considera que se trata de un momento incómodo.
Adoptar la perspectiva de la otra persona es la habilidad comunicativa que permite explicar y predecir el comportamiento propio y de los demás ante una situación. Esto estará influido por sus creencias, deseos, emociones o intenciones.
Esta habilidad permite comprender la forma en que cada persona interpreta una misma situación.
Sin embargo, más allá del hecho de conocer la perspectiva de los demás en cada situación, es importante identificar las motivaciones e intereses de los demás durante una conversación.
Es la capacidad de mantener una coherencia entre lo que se dice y el modo en el que se transmite. Involucra desde el lenguaje gestual hasta la modulación de la voz en que se comunica un mensaje.
Los errores en este aspecto pueden degradar rápidamente el rumbo de una conversación. Las incongruencias pueden aparecer, por ejemplo, si se experimenta nerviosismo, así que es importante capacitarse en áreas como el manejo de la ansiedad.
Se aplica cada vez que nos involucramos en un diálogo en el que hay al menos dos personas con intereses parcialmente enfrentados.
Involucra repeler toda forma hostil de mostrar un choque de intereses. Se busca mantener el foco en lo que ambas partes tienen en común hasta llegar a acuerdos, incluso haciendo que todos cedan: que pierdan algo y ganen algo a la vez.
Es la habilidad relativamente sencilla de mostrar espontáneamente que estamos prestando atención a lo que la otra persona nos dice.
Implica, entre otras formas, afirmar con la cabeza de vez en cuando, mostrar reacciones ante lo que la otra persona dice, o hacer comentarios breves que expresen interés pero que no lleguen a interrumpir el desarrollo del diálogo.
Consiste en la capacidad para hacer que la otra persona vea que lo que comunica se comprende en un nivel afectivo.
En ambientes laborales esta habilidad de comunicación reduce la tensión y facilita la resolución de conflictos. No es necesario estar de acuerdo con alguien para entender su situación y hacérselo saber. Una persona empática sabe escuchar y corrobora la comprensión entre ambos.
Una buena manera de mantener el estrés y los nervios a raya durante una conversación es evitar una actitud pasiva y plantear preguntas, mostrar interés por las ideas y opiniones de la contraparte, incluso si son desconocidos o si le generan algún tipo de temor.
Se trata entonces de desplazar la presión hacia el interlocutor, y adoptar el rol de alguien que está en disposición de valorar positiva o negativamente lo que dice el otro.
La capacidad para inducir o convencer a alguien a creer o hacer algo por medio de razones. La persuasión correcta determina las ideas que son tenidas en cuenta y las que se quedan en el camino.
Se basa en dos pilares fundamentales: la credibilidad y la confianza. Así que significa lograr un objetivo mediante las palabras, sentimientos o razonamientos.
Hay ideas o comentarios que, cuando se dicen en voz alta, pueden ser interpretados como un ataque. Hay que acostumbrarse a prever esta clase de problemas, utilizando el lenguaje adecuado y dar las explicaciones necesarias de manera que no se pueda interpretar lo que se dice como una acusación o un ataque.
Si busca transmitir honestidad y reciprocidad, evite un lenguaje no verbal que diga lo contrario. Es fácil determinar la coherencia o desfase entre lo que dice un emisor y su comportamiento.
Ejemplos de posturas defensivas son cruzar los brazos en el pecho cuando el otro habla, colocarse de perfil al conversar, mantener una postura tensa, alejarse o hacer movimientos inquietos, entre otros.
Excepto en algunos discursos dados ante un público, no es recomendable memorizar las frases enteras que va a comunicar.
En vez de eso, tenga en mente las ideas importantes, los conceptos que resuman lo que tiene que expresar, y desarróllelos a su manera. De esta forma, no dividirá su atención entre lo que está ocurriendo en el presente y lo que memorizó en el pasado.
En general se asume que es suficiente con citar que tiene “Habilidades de comunicación” en la sección de habilidades de su currículum vitae.
Pero es aún mejor incluir ejemplos en su perfil profesional, en la descripción de su experiencia laboral y, posteriormente, presentar una lista específica en la sección de habilidades.
Las habilidades de comunicación son fundamentales en la mayoría de los mercados laborales, por lo que destacarlas dentro de su currículum puede abrirle camino durante procesos de selección.
Use ejemplos de cómo sus habilidades de comunicación han llevado a un cambio e intente incluir los que le permitan describir cómo logró objetivos específicos y comprobables.
Tener habilidades de comunicación competentes puede marcar la diferencia en las relaciones personales, en el éxito de su carrera profesional y, además, en su autoestima y autoconfianza, porque forman parte de las habilidades sociales elementales.
La primera forma de hacerlo es con su aplicación laboral. Escribir un curriculum vitae eficiente, acompañado de una carta de presentación que destaque sus habilidades de comunicación, su formación y su experiencia le abrirá oportunidades de lograr esa entrevista para su próximo empleo.
En cvapp.es podemos ayudarle a organizar su información en un curriculum con formatos profesionales y también a redactar una carta de presentación estructurada de forma que llame la atención de los responsables de contratación.