Las primeras impresiones son fundamentales y por eso es necesario saber cómo presentarse de forma adecuada al inicio de una nueva experiencia laboral.
Ya sea que se trate de tu primer trabajo o de una nueva experiencia, el día de tu presentación en un trabajo puede ser difícil y generalmente te hace estar más nervioso de lo habitual.
Sin embargo, planear de forma apropiada lo que se dirá en tu presentación personal podrá facilitarte las cosas en tu nuevo empleo.
Existe la posibilidad de que no conozcas a ninguno de tus compañeros o superiores, por lo que es necesario dedicar un tiempo a preparar la forma en que te presentarás ante ellos.
Saber cómo presentarse es un paso importante que te ayudará a construir relaciones tanto profesionales como personales con tus compañeros de trabajo. También permitirá comenzar a impresionar de forma favorable a tus superiores.
Es recomendable que averigües si te presentarán en una reunión grupal, si lo harán personalmente en un recorrido, o si solo planean enviar un correo electrónico para informar sobre tu ingreso.
Independientemente de cual sea el protocolo, lo importante es que alguien de recursos humanos o un superior inicie tu presentación dentro de la empresa.
La mejor forma de cómo presentarse es la personal y debes procurar ser tan amigable y accesible como sea posible.
Como es obvio tu presentación personal consiste básicamente en decir tu nombre, tu cargo, el área y las responsabilidades que estás asumiendo.
Si se trata de una presentación informal solo con los miembros de tu departamento también podría ser útil compartir un poco más de información como de dónde vienes y cuál ha sido tu experiencia, para que tus compañeros puedan tener una idea de tus posibles aportes.
“Hola soy Jorge. Es mi primer día en el trabajo. Desde hoy soy el nuevo encargado de compras internacionales”.
Si en tu primer día no fue posible presentarte ante alguna persona importante para tu cargo, procura contactarlo incluso en un correo electrónico.
Puede que tu superior no tenga el tiempo suficiente, o simplemente olvide que tiene que guiar a los nuevos empleados sobre cómo presentarse en su primer día en la empresa.
Si ocurre que nadie tiene pensado presentarte, es buena idea que tomes la iniciativa y comiences a presentarte personalmente a tus nuevos compañeros de trabajo, conforme se de la oportunidad y según el tiempo disponible.
En estos casos, utiliza tu personalidad y sentido común para llevar adelante tu propia presentación. Asegúrate de que sea simple: bastará con mencionar tu nombre, rol y las responsabilidades que vas a asumir.
Evita presentarte dando información excesiva, diciendo de dónde eres, la lista de trabajos que has tenido, tus aficiones y otros detalles demasiado personales.
Esa información se puede compartir luego, cuando comiences a socializar con tus compañeros.
No tomes como algo personal si no te presentan ante toda la empresa o si no todos tienen tiempo para conocerte. Puede que algunos estén muy ocupados ese día y, dependiendo de su cargo, puede ser que ni siquiera estén enterados de tu contratación.
Aún así, puede que sientas que hay alguien a quien tienes que conocer debido a tus responsabilidades. También puede tratarse de alguien que trabaja en tu departamento, o que es importante para realizar tu trabajo.
En tal caso, no dudes en buscar la forma de contactarlo para presentarte, como mínimo, en un mensaje de correo electrónico:
“Hola soy Jorge. Es mi primer día en el trabajo. Soy el nuevo encargado de compras internacionales. Espero trabajar contigo en el futuro, y por favor no dudes en contactarme si hay algo que consideres útil que yo sepa o si tienes alguna pregunta”.
Si además de ser nuevo en la empresa eres un jefe, es imprescindible entrar de la mejor forma posible.
Debe ser claro que se ha tomado la mejor decisión para ti y para la compañía, que ha depositado su confianza en tu capacidad para liderar personal.
Preséntate personalmente a todas las personas que vas a tener a tu cargo, con el objetivo clave de ganarse su confianza.
Una buena idea, dentro de lo posible, es presentarse con cada uno de manera individual y con un tono informal para procurar un ambiente de cercanía.
Si se hace una presentación grupal conviene convocarla en un escenario que resulte cómodo para todo el grupo.
Esa primera reunión debe centrarse en lograr el compromiso del grupo. No es recomendable dar discursos largos, ni tampoco fijar objetivos demasiado concretos o con un plazo determinado desde esa primera presentación.
A continuación, listamos una serie de consejos con los que podrás afrontar mejor el día en que te presentes a tu nuevo empleo.
El primer día en el que te presentas al trabajo tienes que estar en plena forma, para dar la mejor impresión y para que no se te escape ningún detalle a la hora de presentarse.
La víspera de tu primer día no es recomendable salir a celebrar o llegar tarde a casa. Lo mejor es que descanses y duermas bien. Así podrás llegar fresco para asimilar la información que te van a dar cuando te presentes.
Una de las cosas más importantes es asegurarte de que vas a llegar puntual. Esto es algo que no suele sumar puntos cuando se hace, pero que sí se nota cuando no se cumple. ¡Y si llegas tarde en tu primer día, será aún peor!
En caso de que no estés seguro de cuánto puedes tardar en llegar al trabajo desde tu casa, es una buena idea hacer el recorrido con anterioridad en un día laboral, para ajustar los tiempos.
Si no puedes hacerlo, entonces sal de tu casa con tiempo de sobra. Es mejor llegar media hora antes que media hora tarde.
El primer día de trabajo es el día en el que vas a conocer a la mayoría de la gente con la que vas a trabajar. Llegar descansado y ser puntual ayudan, pero también tienes que intentar dar una buena impresión en lo personal.
No seas demasiado tímido ni demasiado extrovertido. Lo mejor es un término medio, aunque tampoco lo fuerces demasiado.
En tu primer día debes dejar a un lado el entusiasmo excesivo y la prepotencia que pueden generar las ganas de emprender nuevos retos. Es importante mostrar que vienes con intenciones de aprender y colaborar.
Si tienes dudas sobre cómo hacer algo, pregunta, y si crees que puedes ser de utilidad a alguien en alguna tarea, ofrece tu ayuda.
Tener una idea clara de a quién te vas a reportar, o con quienes vas a compartir responsabilidades es útil desde el primer día.
Puede que la estructura de la organización no sea fácil de entender, por lo que será clave presentarte mínimo con tu equipo de trabajo.
Es recomendable aprovechar el momento de tu presentación para preguntar a recursos humanos si pueden proporcionarte un organigrama para que puedas hacerte una idea de con quienes trabajarás y a quienes responderás por tu trabajo.
Esto te permitirá luego extender tu presentación a otras áreas o departamentos de interés.
Tu primer día de trabajo no es una evaluación, ni tampoco es una prueba. No seas demasiado exigente contigo mismo.
Nadie espera que puedas tenerlo todo bajo control, incluso al momento de definir cómo presentarse.
Los empleados nuevos pueden sentirse un poco nerviosos o fuera de lugar. Todo esto es normal y esas sensaciones incómodas desaparecerán conforme te familiarices con el puesto y con el ambiente de la empresa.
Tras haberte presentado, te explicarán las tareas básicas que vas a tener que hacer en los próximos meses. En ocasiones esto puede representar mucha información para un solo día, por eso es importante que si tienes alguna duda preguntes en ese momento.
Observa con cuidado todos los detalles que te parezcan particulares como el tono y el ambiente de la empresa. No se trata de que pierdas tu personalidad, pero sí de que intentes encajar en el ambiente en el que te vas a desenvolver desde ese día.
Observa muy bien y toma nota de las tareas, nombres, cargos, ubicaciones, claves, etc. que te vayan dando cuando te presentas.
No es imprescindible aprenderlo todo, pero sí es bueno que prestes atención y tomes notas sobre los detalles vinculados con tu trabajo.
Al igual que saber cómo presentarse, es importante conocer desde el primer día los nombres de las personas y el cargo que desempeñan, pues esto te puede ayudar a salir de algún apuro y también causarás una buena impresión.
En el trabajo hay tiempo para todo, incluso para socializar. Es recomendable que intentes hablar un poco con tus compañeros, preguntar sobre tus dudas, etc.
Los tímidos y quienes tienen dificultades para entablar conversación con personas que no conocen, pueden aprovechar momentos de reunión en vez de quedarse sentados en su escritorio.
En particular durante tiempos de descanso como las pausas para el café o el almuerzo, en los que pueden hablar, compartir experiencias y crear cercanía.
Saber cómo presentarse también implica aprovechar oportunidades para darte a conocer de un modo menos formal y estrechar lazos con esas personas con las que vas a compartir varias horas cada día.
Tu primer día en un trabajo debe enfocarse en cómo presentarse, en aprender y en evitar las distracciones.
Lo mejor es que pongas tu teléfono en silencio y no dediques tiempo, ni recursos de la empresa, a asuntos personales.
El uso excesivo del teléfono móvil y las redes sociales puede afectar tu productividad. Por eso muchas compañías tienen políticas estrictas sobre el uso de dispositivos, sitios web externos, o de aplicaciones ajenas a la compañía.
En algunas oficinas es usual que los trabajadores escuchen música. No es recomendable hacerlo durante tu primer día, y si lo haces, asegúrate de que puedes escuchar bien a quienes están a tu alrededor, o a quienes requieren de tu atención.
La puntualidad es importante a la hora de llegar al trabajo, pero no se debe ser tan estricto con la hora de salida. No es conveniente que salgas corriendo al final de tu primer día, ni que seas el primero en marcharte.
Si ocurre que ya has terminado con todas las tareas que te asignaron, es una buena idea preguntar si hay algo más que puedas hacer y, sobre todo, avisar a tus superiores de que tienes todo listo y que ya te vas.
Es usual que no se aprovechen de tu ofrecimiento pero que si agradezcan tu disponibilidad, y sobre todo será un buen recuerdo de tu primer día.
Un buen consejo para el primer día es tener claro que la empresa te eligió de entre todos los candidatos que se presentaron al puesto, lo que significa que cumples con el perfil profesional que ellos estaban buscando.
Tener presente este pensamiento puede ayudarte a controlar un poco los nervios al momento de planear cómo presentarse.
También es útil recordar que todos tus compañeros, e incluso tus jefes, tuvieron que planear y saber cómo presentarse en su primer día de trabajo.
Lo imprescindible es tener confianza y que puedas transmitirla a los demás.