Mientras vamos creciendo, no necesitamos decidir de golpe muchas de las cosas importantes que se supone que tenemos que hacer en la vida. A qué colegio irás, con quién te casarás, si tendrás hijos, dónde quieres vivir... Todas estas decisiones pueden esperar, al menos por un tiempo. Pero, ¿y a lo que te vas a dedicar? Esa es una decisión que sí que tienes que tomar muy temprano.
Oye, ahora que eres un adolescente, ¿qué quieres hacer el RESTO DE TU VIDA?
Bajo la presión de trazarnos la trayectoria profesional cuando todavía estamos en el instituto, no es de extrañar que muchos de nosotros terminemos aterrizando en la carrera equivocada. De hecho, de acuerdo con un Estudio de la Universidad de Phoenix, el 58 % de los adultos están interesados en cambiar de profesión, y un 86 % de ellos todavía no ha llegado a los 30 años. Es normal sentirse en conflicto sobre lo que quieres hacer con tu vida. Y no hay que avergonzarse de darle la espalda a una profesión que no es la que encaja contigo.
En esta guía exploramos lo que significa enfrentarte a un cambio de trayectoria profesional, cómo decidir si es el momento adecuado, cuáles son sus ventajas y si hay algún momento en la vida en que ya es demasiado tarde para probar horizontes profesionales nuevos.
Pero antes de que nos metamos en materia, empecemos con un pequeño test.
Es bastante común tener altibajos en el trabajo. Habrá días en que estés estresado o desinteresado, o simplemente te apetezca quedarte en la cama y ver Netflix todo el día (¡a mí también me ha pasado!). Pero si los momentos bajos empiezan a ser recurrentes, recuerda que pasas más tiempo trabajando que haciendo cualquier otra cosa, probablemente más que durmiendo. Le debes a tu “yo” futuro y a tu salud mental plantearte: “¿No irá siendo hora de empezar de nuevo?”.
Este corto cuestionario te ayuda a calcular el nivel de tus altibajos en tu profesión actual.
Si sientes que ya has llegado al tope en tu trabajo actual, el siguiente paso es decidir si es el momento de buscar una función nueva en el mismo sector u optar por una trayectoria diferente.
Si con alguno de los indicadores de abajo notas una señal de alerta, este es un indicio de que un cambio de profesión podría ser la mejor opción. Y si sientes que todos estos indicadores son aplicables en tu caso, lo más seguro es que todavía no hayas encontrado tu verdadera vocación.
Una persona pasa un promedio de 90.000 horas de su vida en el trabajo. Son muchas horas para pasarlas aburriéndote. El trabajo no tiene por qué ser monótono: puede ser atractivo, interesante y satisfactorio. Si estás realizando las mismas tareas semana tras semana y año tras año por el mismo sueldo y muy pocos retos, puede que algún día te arrepientas de cómo pasaste tu tiempo antes de llegar a la jubilación.
¿Cuándo fue la última vez que te ascendieron? ¿Vas adquiriendo nuevas competencias? ¿Aprendes regularmente cosas nuevas? Teniendo en cuenta que hoy en día el ritmo de progreso tecnológico es más rápido que nunca, si no has conseguido añadir competencias prácticas o cualificaciones que puedas incluir en tu curriculum vitae, probablemente no estés progresando a buen ritmo.
El dinero no lo es todo, pero deben compensarte de forma justa por el trabajo que haces. Es indiscutible que tiene que haber aumentos de sueldo para cumplir con las normas de salario mínimo, pero también te mereces un aumento en consonancia con tu papel en la empresa y el tiempo de servicio. Si ni siquiera te acuerdas de la última vez que te aumentaron el sueldo, es muy probable que no estés ganando lo que vales.
Recuerda, la inflación aumenta cada año, así que si no te suben el sueldo de forma anual, ¡técnicamente estás experimentando un recorte de sueldo!
El hecho de que se te pida que haga tareas adicionales o que trabajes horas extra con poco reconocimiento a cambio es una señal de que tu jefe te tiene de “chico para todo”. Puede pasar que uno tenga que quedarse hasta tarde o trabajar los fines de semana de vez en cuando, especialmente si te pagan horas extras o te apasiona lo que haces. Pero si trabajas más de 40 horas semanales aunque si pudieras elegir querrías trabajar menos, la sobrecarga laboral o el burnout son dos factores importantes que impiden que nunca te vayas a apasionar por tu trabajo.
Si eres un desarrollador web con estudios y te dedicas a empaquetar cajas para ganarte la vida, estás desperdiciando tu talento.
Por supuesto, lo que has estudiado no siempre es lo que quieres hacer con tu vida. Pero si tienes un conjunto particular de competencias que disfrutas aplicando pero no tienes posibilidad de aplicarlas en tu trabajo actual, deberías buscar una profesión en la que estén demandadas.
Si la empresa para la que trabajas tiene problemas, esto se notará en el ambiente laboral. Si hay despidos o se está redefiniendo la forma de realizar las operaciones, para algunos esto podría crear oportunidades, mientras para otros sería la señal de que es hora de irse. Algunas empresas tienen éxito mientras que otras fracasan. Esto no es culpa tuya… o al menos lo más probable es que no sea culpa tuya.
Si la empresa para la que trabajas se ha metido en problemas porque tu sector ha entrado en crisis este podría ser el momento perfecto para cambiar de trayectoria profesional. Eso no es nada nuevo, y son cosas que seguirán pasando. Los sectores que funcionaban bien en el pasado no siempre seguirán teniendo éxito en el futuro. No todos tienen la suerte, dentro de estos sectores en evolución, de verle las orejas al lobo antes de que sea demasiado tarde.
Mucha gente no renuncia a sus trabajos, renuncia a jefes odiosos. Si no aguantas a tu jefe y el sentimiento parece ser mutuo, terminarás odiando tu trabajo y no desempeñándote con todo tu potencial.
La vida es demasiado corta para estar de mal humor y frustrado en el trabajo. Hay un montón de jefes maravillosos esperando caerte bien para que el sentimiento sea mutuo.
El burnout es un problema real. Y es mucho más que un “Uf, hoy no estoy para preocuparme por el trabajo”. Puede afectar seriamente tu bienestar físico, emocional y mental.
Según David Ballard, de la Asociación Americana de Psicología, el burnout es "un período de tiempo prolongado en el que alguien experimenta agotamiento y falta de interés en las cosas, lo que deriva en una disminución de su rendimiento laboral".
En un artículo para Forbes, el Dr. Ballard también enumeró 10 señales que indican que podrías estar experimentando un burnout.
Si reconoces estos síntomas en ti mismo, la solución puede ser un cambio de trayectoria profesional.
¿Qué causa el burnout?
El burnout profesional puede ser provocado por diversos factores, entre los que se incluyen:
Si estás leyendo esto y sientes que podrías estar sufriendo un burnout, aquí hay algunos consejos que te pueden ayudar:
Es posible superar el burnout con atención profesional, ejercicio, mejores hábitos de sueño y un equilibrio más flexible entre trabajo y vida privada. Sin embargo, si notas que todos en tu empresa o en tu equipo en particular están padeciendo de burnout, es probable que el problema no seas tú, sino más bien que el sector o la cultura de tu empresa no están alineados con un entorno de trabajo ideal.
Hasta ahora nos hemos centrado únicamente en las razones por las que podrías querer alejarte lo más posible de tu profesión actual... o no, según el caso.
Pero, ¿a cambio de qué?
Porque cambiar de profesión no es como cambiar de calcetines. Es un paso muy grande, que da miedo. Algo así como cambiar el estado de tu relación sentimental en Facebook, pero todavía más miedo.
Es un cambio de vida. Afortunadamente, los beneficios hacen que la decisión valga la pena. Tu profesión es un aspecto de tu vida digno de ser fruto de una elección bien meditada. En una profesión que tú no has elegido de forma intencionada probablemente te venderás mal, perderás mucho dinero con el tiempo y también años de experiencia laboral positiva que nunca podrás recuperar.
Contrariamente a lo que algunos quieran hacerte creer, se puede disfrutar de lo que uno hace para ganarse la vida. Y gran parte de ese disfrute es consecuencia de descubrir tu potencial. Tal vez eres un líder nato que no ha tenido la oportunidad de demostrarlo. O tienes un talento para el diseño que está esperando su oportunidad para expandirse.
Cambiar de profesión te ofrece la oportunidad de satisfacer tus ambiciones. Ambiciones que en su día dejaste de lado, bien por las circunstancias o bien por falta de oportunidades.
Tu primera profesión no siempre es la que mejor se adapta a tus competencias. Según The Guardian, aproximadamente uno de cada tres graduados termina realizando trabajos con los que no encaja después de dejar la universidad.
Esto significa enfrentarse a perspectivas más pobres e ingresos más bajos que los que han recibido un asesoramiento profesional correcto y han creado un currículum encaminado a encontrar una profesión que se ajuste a sus competencias. Sin embargo, muchas veces la gente no se da cuenta de que determinada profesión no es para ellos hasta que están dentro.
Tómate tu tiempo para evaluar adecuadamente tus competencias. ¿Qué formación tienes? ¿Qué tipo de trabajo quieres desempeñar? ¿Qué es eso que te resulta fácil hacer y a la mayoría de la gente le resulta difícil?
Identifica la profesión que realmente deseas en base a tus competencias y utilízala de guía en tu búsqueda de trabajo. Entonces, presenta tus competencias de manera que muestres a los empleadores que eres el candidato ideal.
Aprender nuevas competencias es una de las mayores ventajas de cambiar de trayectoria profesional. Mientras que los saltos constantes de trabajo en trabajo no suelen estar muy bien vistos en un currículum, las competencias que has ido adquiriendo en diferentes tipos de trabajo sí.
Independientemente de lo que hagas, irás acumulando una serie de soft skills o “habilidades suaves” que pueden aplicarse a tu nueva profesión. Cosas como buena comunicación, gestión del tiempo, ética laboral, resolución de problemas, trabajo en equipo y flexibilidad.
También adquirirá una serie de hard skills, “habilidades duras” o lo que es lo mismo, conocimientos prácticos: cosas que has aprendido para realizar tu trabajo, como programación informática, manejo de máquinas, idiomas extranjeros, análisis de datos o conocimientos de marketing digital, por ejemplo.
Aprender cosas nuevas aumenta la confianza y promueve la innovación.
Conseguir un nuevo trabajo significa conocer gente nueva... gente que te inspire, te apoye, te guíe y te enseñe. Trabajar en un equipo nuevo también te ayuda a crecer personal y profesionalmente, liberándote del estancamiento de trabajar entre colegas que no comparten las mismas ambiciones profesionales que tú.
Cambiar de profesión por razones puramente económicas probablemente no es la mejor receta para el éxito, pero siempre es bueno que te paguen más.
De acuerdo conlos datos de la Oficina de Estadísticas Laborales, al cambiar de trabajo el salario de un empleado medio puede aumentar hasta un 20 %. Compara esto con quedarse en el mismo trabajo, donde los trabajadores solo perciben un aumento de un 3 %.
Teniendo en cuenta las ventajas de cambiar de trayectoria profesional y las circunstancias específicas, un cambio de profesión puede parecer una obviedad, ¿verdad?
Pero, espera. El eterno dilema de la edad está a punto de asomar la nariz: ¿No soy demasiado mayor para cambiar de profesión? No. Absoluta y categóricamente, no. No eres demasiado mayor para cambiar de profesión porque para eso nunca se es demasiado mayor.
Es una tontería pensar que tu trayectoria profesional lleva incluido un temporizador y que en el momento en que alcanzas una cierta edad ya no puedes cambiar de horizontes. Esto se basa en la idea de que al terminar la secundaria ya DEBES saber qué quieres hacer con el resto de tu vida y que si tomas la decisión equivocada cuando eres un adolescente, pues “mala suerte”.
Esta forma de pensar no tiene ni pies ni cabeza. ¡Si quieres cambiar de profesión, ve a por todas!
Los dos momentos en que más suele escucharse eso de “Me temo que vas a tener que seguir en la profesión que tú mismo elegiste” son los 30 y los 40. Se piensa que a los 30 o 40 años ya has invertido mucho tiempo en tu trayectoria actual y cambiar de profesión significa tirar a la basura muchos años de energía invertida.
Este es un ejemplo perfecto de la “falacia del costo hundido”, que puede ser extremadamente destructiva.
¿Por qué pasarías más tiempo en una profesión que odias solo porque ya has pasado muchos años allí?
Es una locura. Así que vamos a centrarnos en disipar algunos mitos sobre el cambio de trayectoria profesional.
El 66 % de los adultos de 30 años está interesado en cambiar de profesión. Digamos que ahora tienes 30 años y te retiras a los 65. Son 35 años en una nueva profesión. Más tiempo del que ha pasado en este planeta hasta ahora.
Cambiar de profesión ahora no te convierte en una mercancía dañada para potenciales empleadores, sino que te aporta una gran ventaja. Tienes la combinación perfecta de experiencia y juventud.
De acuerdo conla encuesta de la NACE sobre las perspectivas laborales, el 91 % de los empleadores prefiere que los candidatos tengan experiencia laboral. A los 30 años, con uno o más trabajos en tu haber, tú la tienes, sin duda. La misma encuesta también muestra que el 26 % de los empleadores prefiere una experiencia laboral de cualquier tipo y que el 44 % no tiene ninguna preferencia sobre cómo se obtuvo la experiencia laboral.
Si quieres pruebas de que cambiar de trayectoria profesional a los 30 es una posibilidad real, a los 30 años Jeff Bezos tenía una profesión lucrativa de informático en Wall Street. Pero a los 31 dirigió su atención hacia el comercio electrónico y lanzó Amazon. No fue una elección tan descabellada, ¿verdad?
Sara Blakely pasó siete años vendiendo material de oficina puerta a puerta, antes de renunciar en el 2000 para comenzar un negocio de venta de mallas. Fue avanzando rápidamente hasta hoy en día y su empresa, Spanx, genera más de 250 millones de dólares en ingresos anuales.
Cuando Terry Crews dejó la NFL en 1997 a los 29 años, estaba arruinado y tuvo que trabajar limpiando suelos. Dos años después consiguió un trabajo en un programa de televisión. Tres años después de eso, en 2002, tuvo su gran oportunidad en la película Viernes infernal. Ahora es uno de los actores más reconocidos del mundo. ¡Y el rostro de la publicidad de Old Spice, uno de los mejores anuncios de todos los tiempos!
El 60 % de los adultos de más de 40 años está interesado en cambiar de profesión. ¿Pero qué posibilidades hay? ¿Cuánta diferencia hacen 10 años? Pues no hay ninguna diferencia.
Una de las preocupaciones más comunes con respecto a un cambio de profesión en esta etapa de tu vida es que las empresas te vean como menos productivo que los candidatos más jóvenes. ¡Eso no es verdad!
Un estudio dela Sociedad de Gestión de Recursos Humanos no encontró ningún vínculo entre una edad más avanzada y la productividad.
Otro mito sobre cambiar de profesión a esta edad es que eres demasiado mayor para que te contraten.
En primer lugar, a los 40 uno no es mayor. En segundo lugar, existen leyes que protegen contra la discriminación por motivos de edad. Un empleador tiene que contratarte en base a tu carácter, habilidades y capacidad para realizar el trabajo. Y algo muy positivo para ti es que a los 40 años ya tienes experiencia en abundancia.Al final lo que buscan las empresas son buenos trabajadores con experiencia relevante. Si ese es tu caso, tu edad tiene muy poca influencia en el proceso de contratación.
Un cambio de profesión no es fácil. Con un cambio de trayectoria profesional, debes demostrar a los encargados de contratación que tú eres un solucionador de problemas proactivo y no alguien que solo espera que le llegue el sueldo a final de mes. En un artículo para Career Intelligence, la coach laboral Bettina Seidman de SEIDBET, enumeró algunas de las cualidades que aportan los solicitantes de empleo de más de 40 años:
¡Teniendo todo esto en cuenta, parece ser que al final tú sí eres un buen candidato!
Y ahora vamos a buscar más pruebas del mundo real:
Vera Wang era patinadora artística y periodista antes de decidir cambiar de rumbo y convertirse en diseñadora de ropa de novia a los 40 años. Hoy en día, es una de las diseñadoras más solicitadas del mundo.
Antes de convertirse en presentadora de televisión y comediante, Joy Behar trabajó como profesora de inglés de secundaria hasta los 40 años. ¿Por qué abandonó esa carrera a pesar de tener un Máster en Educación? Según sus propias palabras, "Sencillamente ya no tenía ganas de seguir dedicándome a eso".
Por último, Harland Sanders tenía 62 años cuando comenzó la franquicia de Kentucky Fried Chicken en 1952. Antes de eso fue abogado, trabajador ferroviario y operador de gasolinera.
¡En lo referente al trabajo, la edad no es más que un número!
La clave para encontrar la profesión adecuada en esta etapa es aprender sobre uno mismo. Toma una libreta y escribe tus intereses, tipo de personalidad, ambiciones y valores relacionados con el trabajo. Esto te ayudará a acotar una lista de ocupaciones que encajan con tus diferentes rasgos.
A partir de ahí, explora cada ocupación en profundidad. Fíjate en los deberes, la formación y el salario. Sopesa los pros y los contras y decide si esa profesión es adecuada para tu futuro.Mejor aún: busca un coach laboral en tu entorno y empieza a desempolvar ese currículum olvidado.
Las empresas buscan candidatos que puedan aportar un impacto inmediato. Evaluarán si eres la persona indicada basándose en tu currículum.
Busca paralelismos entre tu experiencia actual y las competencias requeridas para tu nuevo trabajo y destácalos en tu currículum.
Por ejemplo, si quieres trabajar en el ámbito de los negocios o del desarrollo global, puede ser fundamental tener buenas habilidades de comunicación, negociación e idiomas extranjeros. Si has pasado la primera parte de tu trayectoria profesional en el ámbito de las ventas, la comunicación y la negociación son dos competencias transferibles que habrás adquirido.
Y puedes presumir de ellas cuantificándolas:
Concéntrate en las habilidades adquiridas en cada trabajo anterior que las empresas de tu nuevo sector quieren ver.
Exactamente lo mismo es aplicable a tu carta de presentación. Ajústala para enfatizar las competencias que has resaltado en tu currículum. Mantén la concisión, enfocándote en cómo se relaciona lo que has hecho hasta ahora con el nuevo empleo y por qué eres un buen candidato gracias a tus competencias.
Para ayudarte a perfeccionar tu currículum y tu carta de presentación, echa un vistazo a estos artículos:
Cómo escribir una carta de presentación excelente
Probablemente ha pasado un tiempo desde tu última entrevista y lo que funcionaba en una entrevista para un determinado sector puede no funcionar en otro sector. Repasa tus habilidades, tanto telefónicas como cara a cara.
Una de las barreras más comunes entre desear una nueva profesión y conseguirla es el anuncio de trabajo del tipo "preferible experiencia previa en puesto similar".
¿Qué hacer cuando la profesión que quieres seguir te pide una experiencia que no tienes?
En primer lugar, no tires la toalla.
Christine Chun, diseñadora de productos y creadora de contenidos de YouTube, consiguió su trabajo soñado en el diseño de UX sin ninguna titulación de diseño o experiencia de ningún tipo. De hecho, antes de conseguir el trabajo, se había graduado en Ciencias Químicas en la universidad y había trabajado en una empresa de cuidado de la piel como community manager.
Pero documentó lo que le funcionó bien a ella en un gran artículo sobre Medium, que merece la pena leer. El mensaje más importante, sin embargo, es que la experiencia no lo es todo. Hay ciertas cosas que puedes hacer para “venderte” a los empleadores aunque a primera vista no seas lo que ellos buscan.
Esto se remonta a lo que hablamos antes: vender las habilidades que ya tienes.
Volviendo a nuestro ejemplo anterior: si dejas un trabajo en ventas para trabajar en desarrollo global, piensa en qué medida te ha enseñado tu experiencia en ventas el arte de la negociación y la comunicación. Probablemente también tengas facilidad para los números.
Tu tarea ahora es cuantificar estas competencias de una manera que salten a la vista. Para ello, sírvete de logros y cifras. Si has negociado algunos tratos de ventas importantes que han movido mucho dinero, menciónalos. Si has entrenado a otros en el arte de la comunicación de ventas, resáltalo para demostrar tu talento y habilidades de liderazgo.
Si no tienes demasiada experiencia laboral en general, prioriza en su lugar tu formación. Concéntrate en tus titulaciones y en cualquier otra formación o certificación relevante que tengas.
Los cursos en línea son una gran herramienta para reforzar tu currículum con competencias relevantes. Hay cientos de cursos que puedes tomar en tu tiempo libre con certificado reconocido al finalizarlos para mostrarlo en tu CV. Esto no solo aumenta tus competencias, sino que también muestra a los empleadores que tienes ganas de aprender cosas nuevas.
Echa un vistazo a la lista de FreeCodeCamp de los 50 mejores cursos gratuitos en línea de todos los tiempos.
El voluntariado es una forma rápida de adquirir experiencia laboral en el sector en el que quieras introducirte. El voluntariado también puede ser una forma de convencerte o motivarte a ti mismo para emprender un gran cambio. Si estás indeciso sobre atreverte o no a cambiar de trayectoria profesional, el miedo a lo desconocido suele hacer que esa decisión sea aún más difícil de tomar. El voluntariado es una forma de ver por ti mismo cómo sería tener una profesión diferente.
Imagínate que actualmente te dedicas al marketing pero lo que de verdad quieres es trabajar en una clínica veterinaria. Ser voluntario en un refugio de animales te dará una idea de cómo es trabajar con animales. Además, esto les comunica a los empleadores: "Soy alguien que se preocupa lo suficiente por los animales y la comunidad como para renunciar a mi tiempo libre"
¿A quién conoces que pueda responder a las preguntas que tienes sobre una nueva profesión o incluso ayudarte a encontrar un trabajo nuevo? Busca entre tu familia, amigos, antiguos colegas, o incluso ese tío al que le enviaste una solicitud de amistad de Facebook después de hablar con él en la fiesta de un amigo aquella vez... Existe una probabilidad de que alguien conozca a “alguien que conoce a alguien” que pueda ponerte en contacto con la persona adecuada.
Además, conocer a alguien que pueda responder por ti tiene mucho peso:el 73 % de los empleadores afirma que las referencias poseen un impacto significativo en su decisión de contratar.
Cambiar de profesión sin experiencia previa probablemente implique dar un paso atrás. Es posible que tengas una posición más baja que en tu trabajo actual y lo más probable es que tengas que aceptar un recorte en el sueldo.
¿Pero sabes qué? Aunque suene cursi, retroceder es a veces la mejor manera de avanzar. Sí, tendrás que ponerte a prueba a ti mismo, tal vez incluso con cosas que en principio parecen básicas o triviales. Sin embargo, el avance profesional puede ser más rápido o más fácil en una carrera que tú estás eligiendo intencionadamente.
Si te sientes deprimido, desinteresado o insatisfecho en tu profesión actual, la cura podría ser cambiar de profesión, pero esto no te va a caer del cielo sin una planificación cuidadosa, ni riesgo ni trabajo duro.
Puede que estés harto de tu trabajo actual y que creas que ya es hora de empezar a pensar más estratégicamente en tu futuro profesional. Las señales de alerta incluyen aburrimiento, falta de progreso, exceso de trabajo, falta de conexión con el sector o signos de agotamiento. Todo esto son indicios de que al menos necesitas pararte a analizar tu situación.
Tómate unos días libres, investiga en internet, contesta al cuestionario anterior, desempolva tu currículum y reflexiona seriamente sobre tus metas y ambiciones en la vida. ¿Se alinean con tu profesión o trabajo actual? Tal vez solo necesitas un nuevo trabajo dentro de tu sector en lugar de un cambio de profesión.
Si deseas dar el salto hacia una nueva profesión, adapta tu currículum y tu carta de presentación para destacar las habilidades transferibles aplicables a la nueva trayectoria profesional. Considera la posibilidad de realizar cursos u ofrecerte como voluntario para adquirir experiencia en el sector en que deseas trabajar.
Y lo más importante: no tengas miedo de dar un paso atrás, pues puede ser lo mejor que hagas. Después de todo, esta es una decisión que te va a cambiar la vida.